Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe



El señor Antonio Alcalde tuvo la idea de levantar un templo a la orilla norte de la ciudad, que prácticamente estaba desierta. El mismo Alcalde costeó los gastos, no sólo del templo, sino también de la edificación de varias casas que se darían en una renta muy baja a los pobres que quisieran habitarlas (llamadas "Las Cuadritas del Santuario").

Desde un principio quiso que el templo estuviera dedicado a Nuestra Señora de Guadalupe, de la cual sentía una gran admiración y fervor, así que el siete de enero de 1777 el mismo obispo colocó la primera piedra de esta hermosa iglesia. Tanto el templo como las casas para los pobres, se utilizó en su construcción la famosa cantera de Huentitán. El 13 de diciembre de 1779 este señor dio un fondo principal de cuarenta mil pesos para la erección de 19 casas más, y comprar todo lo necesario para el servicio religioso y la edificación de casas para el cura, ministros, capellán y sacristán.

Después de cuatro años de trabajo, el siete de enero de 1781 se realiza la bendición del templo por el señor Alcalde y dijo la primera misa Fray Rodrigo Alonso, el fiel "compañero de su Ilma" (que de ese modo lo llama la crónica); los festejos fueron por la tarde con una procesión que salió de Catedral y concluya en el nuevo templo, en la que tomaron parte la audiencia, el ayuntamiento, el clero secular y regular, muchas personalidades de la época y los vecinos de la ciudad.

Una descripción del estado del templo escrita poco tiempo después de su estreno, nos dice que: "daban acceso a los fieles tres puertas grandes, y a la luz nueve ventanas provistas de vidrieras. Todo el piso estaba enlosado, y bajo de esas lozas se habían fabricado 164 sepulcros para cadáveres de adultos y otras muchas fosas pequeñas para los restos de los niños.

En el altar mayor, esculpido y dorado, se hallaba el sagrario, cubierto con un capillo de tela de oro, guarnecido de galón del mismo metal, superando el sagrario, y poco más arriba, estaba colocado un pequeño Cristo de marfil, clavado en una cruz de madera negra con las cantoneras de metal amarillo.


A los lados de esta cruz había dos vasos de cristal que contenían reliquias y otro en la parte superior y en la misma línea central de éstos. Superándolo todo, estaba colocada la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, tocada a su original el 23 de octubre de 1779, obra de pincel egregio de José Alzíbar". También nos dice que: "La imagen de Nuestra Señora estaba colocada dentro del marco a que ya nos referimos, y éste en un nicho cerrado en su frente por dos grandes cristales.
A los lados del nicho había dos candilillos de plata, suspendidos de unas cadenas blancas. La mesa del altar que era de madera pintada de rojo, estaba guarnecida de un frontal de plata, que pesaba ciento once marcos y siete onzas. *Cerraba el presbiterio un barandal de fierro, pintado de verde, con filetes de oro. Por último en el cuerpo de la iglesia se levantaban cuatro colaterales muy bien tallados y dorados, conteniendo varios santos; de la bóveda pendían otras varias lámparas de plata, y de las paredes multitud de imágenes.
En el exterior, dos torres espadañas contenían seis campanas consagradas por el señor Alcalde, de las cuales seis se conservan todavía dos".

Con la fundación del Santuario, se le dio apertura a un camposanto anexo a este templo por el lado oriente, cercado y con cinco cruces de piedra levantadas en el recinto, una pequeña capilla al centro; tenía también dos piezas, una destinada a sacristía y la otra para guardar los instrumentos de los sepultureros.

Este panteón se bendijo el 21 de febrero de 1780 y estuvo en servicio cerca de sesenta años, desde su apertura hasta el 31 de diciembre del mismo año, las inhumaciones fueron de dos mil 28. Doscientos cuarenta mil ochocientos treinta y cinco pesos, fue el valor total de este grandioso monumento y hay qué hacer notar que con la erección del templo, creció muy rápido el barrio del Santuario, así como establecimientos o instituciones que dependían más o menos directamente del Santuario, como son: la casa de ejercicios abierta el 31 de mayo de 1866, levantada sobre las ruinas del excamposanto, un hospital de mujeres con el modesto nombre de "enfermería", siete escuelas y asilos de instrucción primaria, una biblioteca popular católica, etc.
La imagen de Nuestra señora de Guadalupe fue obra de José Alzíbar, esta imagen fue colocada de frente a la original del Tepeyac el 23 de octubre de 1779, con lo cual se consagró y es la original que admiramos actualmente.
Tenía cinco retablos muy hermosos, el retablo central ocupaba toda la pared del fondo y terna un gran nicho, que albergaba a la imagen guadalupana. Según crónicas de ese tiempo, decían que causaba asombro y hermosura, que sus tallas pareciera cosa de milagro el haberlo logrado tan ricamente; todos dorados en oro "de hoja", llenos de ángeles y serafines, y daba un gusto y regocijo verles... Pero en 1838, desaparecieron los retablos, algunos óleos, adornos, gran cantidad de platería, "misteriosamente"; fueron substituidos los retablos por altares de cantera al estilo neoclásico.
A finales del siglo XIX, el Santuario se agrandó con los cruceros y las naves del presbiterio, así como la edificación de la elevada cúpula, la decoración interior es de estilo morisco y clásico. No cabe duda que con la fundación de dicho santuario, se convirtió en una mina riquísima de beneficios morales de diversos géneros, de beneficios intelectuales y de beneficios materiales. No pierda oportunidad de conocer y admirar este documento churrigueresco citadino. Una más, de las obras del querido Fray Antonio Alcalde, benefactor magno de nuestra ciudad, el cual descansa bajo las bóvedas de su parroquia, el Santuario de Nuestra señora de Guadalupe.

*Datos tomados de diversos documentos manuscritos que se encuentran en el archivo del Santuario.



 


 
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