La primera referencia histórica de San Sebastián data
de 1560, nos la da Alberto Santoscoy: "El 10 de diciembre de 1560
se notaba inusitado movimiento en la ciudad de Guadalajara de Indias, perteneciente
al Reino de la Nueva Galicia.
La multitud se encaminaba con premura al oeste de la población,
dejando a su derecha la Ermita de San Sebastián, para ir al encuentro
de los oidores, alcaldes mayores que venían a instalar la Audiencia
Real".
El templo era de construcción sencilla, de adobe, techos de zacate
y tenía una imagen de San Sebastián mártir, de la
que se dice que sudó sangre un Miércoles de Ceniza. Al paso
del tiempo la ermita se agrandó sucesivamente hasta formar una nave
central con dos capillas laterales que cruzan al centro; casi toda la construcción
es de la segunda mitad del siglo XVII. Al lado derecho de la portada central
del templo, se encuentra una placa conmemorativa que dice:
"AQUI ESTUVO LA ERMITA DE SAN SEBASTIAN MARTIR
HASTA LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XVII EN QUE DIO PRINCIPIO LA CONSTRUCCION
ACTUAL".
Se cree que la ampliación del templo fue a partir de 1696.
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El Origen de la Capilla de Nuestra Señora de la Salud.
Fue tanta la fama que adquirió la imagen de Ntra. Sra. de la
Salud de Pátzcuaro, que se quería levantarle un templo. Para
adquirir fondos para su construcción se hicieron viajes por Valladolid
y Nueva Galicia, llevando una pequeña imagen de la Virgen, a la
que llamaban "La Peregrina". Llegó a esta ciudad en enero
de 1696 y fue recibida en la antigua iglesia de San Sebastián. Después
de varios años de estancia en este templo, la imagen regresó
a Pátzcuaro; pero el cariño que adquirió en muchos
de los feligreses tapatíos, logró que le mandaran hacer una
copia de "La Peregrina" y para continuar con su culto, se pensó
erigirle una capilla anexa al templo. Para colectar limosnas para la construcción
de la capilla, los indígenas llevaron a la imagen a los pueblos
de Toluquilla, San Gaspar, Tetlán y San Pedro Tlaquepaque, que en
ese entonces pertenecían a la Parroquia de Analco. En 1757, el 7
de abril se colocó la primera piedra por el Cura Fray Nicolás
de Campos. Muchos años permaneció la Virgen de la Salud en
su capilla, después la cambiaron al templo de San José de
Analco.
Capilla del Calvario.
Después de que se trasladó la imagen de Ntra. Sra. de
la Salud a San josé, se le llamó Capilla del Calvario, mide
20.30 mts. de longitud por 6.80 mts. de latitud y 10.50 mts. de altura.
Está cerrada por magníficas bóvedas, tenía
una portada que comunicaba con el interior del templo y era de marcado
carácter herreriano, con un arco de medio punto y dos pilastras
de orden dórico muy sencillas. Tenía un cancel de madera
muy típico y de mucho estilo, por desgracia en una de tantas reformas
fueron destruidos, quedando sólo un gran arco recortado en el muro
demasiado sencillo; en 1890 Manuel Tello renovó su interior y la
decoró el presbítero José María Plascencia,
costeando las obras Manuel L. Corcuera, en esta capilla domina el barroco
italiano y los capiteles son de orden corintio romano.
Capilla de la Virgen de Guadalupe.
En esta capilla fue la primera iglesia guadalupana en Guadalajara, y
la más antigua de las dos capillas que se le anexaron al templo
de San Sebastián. Se colocó la primera piedra en 1721 por
Fray Felipe Hernández. El altar está construido en mármol,
en el muro del fondo dos pilastras sostienen un arco de medio punto, presentando
cuadros que llevan figuras cuadrifoliadas y bajo el arco un marco que encuadra
una imagen de la Virgen de Guadalupe y sobre éste dos querubines
que sostienen una corona.
Capilla de San Sebastian.
Capilla de tres naves, que originalmente tenía un techo plano
de vigas de madera. En 1903 fue retechado con bóveda y se elevó
el techo de la nave central con el propósito de colocar ocho ventanas
de iluminación en forma ovalada, cuatro por lado. El piso estaba
primero tapizado con huesos de res y los de las naves laterales con cantera;
después se colocó un pavimento de mosaico. El templo es de
estilo neoclásico, cúpula gótica en forma de cuarto
de esfera, en el altar mayor está la imagen de la santísima
Virgen del Refugio pintada por el artista Pablo Valdez en 1879. La imagen
de San Sebastián Mártir está encerrada en una hornacina,
al frente de la nave izquierda hay otra hornacina donde está la
imagen del Sagrado Corazón de Jesús. Este templo tiene tres
fachadas, el arco de acceso es de medio punto con sobria archibolta, el
friso está dividido en recuadros con lazos y la cornisa superior
se quiebra sobre los capiteles. El segundo cuerpo tiene al centro de la
ventana del coro enmarcada por hornacinas y sobre la ventana un nicho que
aloja a la Purísima Concepción, a los lados dos medallones
en relieve uno con San José y el otro con San Antonio. La torre
de la capilla central sólo tiene su primer cuerpo y falta la cúpula.