Nuestra Señora del Rosario

Atemajac, Atemaxaque, Atlimaxaque, Athemaxaque, que significa "lugar donde las piedras bifurcan el agua", voz que proviene de Atl-Agua, Teptl-Piedra, Maxca-Bifurcar, K-Lugar, se encuentra ubicado al norte del centro de Guadalajara.
Antiguamente Atemajac era un tlatonazgo habitado por indios de la raza azteca que se establecieron en ese lugar en 1130 (ya lo encontraron poblado); poco antes de la conquista el tlatonazgo de Atemajac contaba con tres mil indios en su cabecera y tenía sujetos a los pueblos de Zoquipan, Zapopan, lxcatán, Tesistán. Iztlán (hoy San Esteban), Copalita y Huentitan el Alto y el Bajo.

Todos los caciques de estos pueblos estaban obligados a pagar tributos (animales, frutos, etc.) al tlatoani de Tonalá; el gran reino de Tonalá estaba gobernado (en tiempos de la Conquista) por la reina Cihuapilli Tzapotzinco, en unión de su hijo Xuchitán. El reino tenía un total de 32 mil 500 indios vasallos.

Se dice que en el tlatonazgo de Atemajac se hablaba tarahumara y los habitantes adoraban a tres deidades antropomorfas: Teopiltzintli ("El dios niño"), quien era el dios de los buenos temporales; Heri era el dios de las ciencias y Nayarit, quien era el dios de la guerra.
Allá por el año de 1530, el cacique de Atemajac se enteró de que Nuño de Guzmán venía a la conquista del Reino de Tonalá, sin informarle a Cihuapilli Tzapotzinco envió a tres indios capitanes de Atemajac (Timuac, Oxatl y Octzelotl), a otro de lxcatán (Ipac) y al indio Hernando Francisco, para que en su nombre les diera la bienvenida, así que después de mucho caminar se encontraron a Guzmán y le dieron un presente de gallinas, huevos, cebollas y frutas.

El 25 de marzo de 1530 fue conquistado Tonalá y la reina Cihuapilli, les ordenó a todos los caciques de su monarquía que le brindarán obediencia a Nuño de Guzmán; el cacique de Atemajac se fue rumbo a Tonalá y dio la obediencia a Guzmán, "quien la recibió debajo de una higuera o ceiba que entonces había en la plaza de Tonalá". Pasaron los conquistadores al pueblo de Atemajac donde fueron recibidos con una gran fiesta y el cacique "mandó se hiciese un mapa del recibimiento, para guardarlo a sus anales, después reunió a un gran número de indios y formó un ejército y los dio en calidad de auxiliares a los castellanos", para que los ayudaran a la persecución de la conquista de los demás señoríos de Jalisco.

La evangelización de este pueblo se debió a los franciscanos Fr. Juan de Padilla y Fr. Juan de Badillo, quienes acompañaban a Nuño de Guzmán; anunciaron por vez primera la fe cristiana a los naturales de Atemajac cuando fueron a rendir obediencia al pueblo de Tonalá y una vez más cuando fueron junto con los conquistadores a la visita al pueblo de Atemajac. La conversión tuvo efecto hasta 1531, pues como se fundó el convento de la Asunción de Tetlán, fray Antonio de Segovia, fray Juan de Badillo y fray Andrés de Córdoba, fueron instruyendo y catequizando a los naturales de Atemajac; recibiendo el bautismo junto con la reina de Tonalá. Cihuapilli Tzapotzinco se llamó Juana Bautista Danza y fue su padrino el mismísimo Nuño Beltrán de Guzmán; su hijo Xuchitán se llamó Santiago Vázquez Palacio, su padrino fue Diego Vázquez Buendía. El cacique de Atemajac tomó el nombre de Francisco de Saavedra. Como fray Antonio de Segovia visitaba con mucha frecuencia a los habitantes de Atemajac logró, en la llamada Guerra del Mixtón, en 1541, que Atemajac y los demás pueblos que pertenecían a éste estuvieran en paz; más esto no impidió que tomaran parte en la sangrienta guerra porque manifestaron de esta manera la fidelidad a los españoles.
El obispo Alonso de la Mota y Escobar erigió el pueblo de Atemajac en Curato de Clérigos en 1600; de 1821 a 1850 este lugar fue municipio y ya para 1888, contaba el poblado con 1,447 habitantes.
En el centro de Atemajac se construyó una iglesia en estilo colonial, al parecer originalmente fue construida por franciscanos porque tiene esculpido en la parte posterior del templo su escudo. Es de tres naves, tiene la del centro siete bóvedas y las de los lados seis bóvedas; en la parte del frente, en el frontis está esculpida la fecha de terminación (1795).
Tiene un gran atrio circundado por una reja negra muy bien trabajada, en el centro del atrio está una cruz con un Cristo crucificado que descansa en una base de concreto; tiene escrito con letras negras


"STA MISION 1-IX-61 R.R. P.P. PASIONISTAS".


Cuenta con una esbelta torre muy artística coronada por una cruz de fierro y al lado derecho de la entrada de la iglesia tiene adosada una placa de mármol que dice:


"S. S. PIO XII DECLARA DOGMA
ASUNCIÓN GLORIOSA DE LA B.V.M. X-I-1950".

En este templo se venera a Nuestra Señora del Rosario, cuya imagen fue hecha en Guatemala hace unos dos siglos, Fray Luis de Palacio nos dice que esta imagen fue esculpida para que estuviera en la iglesia de Santa Mónica, la cual se colocó en su respectivo altar y se veneró ahí cerca de dos siglos. Entre los años de 1859 a 1861, la iglesia de Santo Domingo (hoy templo San José) fue destruida, logrando salvar a la imagen de Nuestra Señora del Rosario que fue un regalo a Carlos V y la llevaron a la iglesia de Santa Mónica; retiraron la virgen de la misma advocación y colocaron a Ntra. Sra. del Rosario en su altar.


Trinidad Carrillo quien era el sacristán de Santa Mónica, recogió del templo de Santo Domingo una estatua del Señor San José, así que tomó a las dos imágenes y las traslado a la iglesia de Atemajac; es probable que este suceso fuera alrededor de 186l.
Estas imágenes aún se encuentran en el templo para su culto y desde su llegada (la Virgen), empezó a derramar tantos favores que como escribió el cura Manuel Portillo en 1888, era aclamada como Patrona del Pueblo cuyo patronato conserva hasta ahora. El Pbro. Luis Enrique Orozco nos cuenta algo curioso sobre esta virgen, nos dice que: "Alrededor de 1938 se quemó la Patrona del pueblo de Villa Corona, antes Tizapanito, que también era una imagen de la Virgen del Rosario y el encargado de dicha iglesia, para salvar responsabilidades, queriendo tal vez ocultar el inculpable incendio, dijo que la imagen había sido llevada a Atemajac y era la que estaba en el templete del altar.
Inmediatamente los naturales de dicho pueblo se dirigieron a Atemajac reclamando la imagen del Rosario y queriendo arrebatarla de su altar; pero en cuanto se dieron cuenta los vecinos de Atemajac se pusieron al arma saliendo todos a defender su querida imagen y hubiera habido grandes desgracias a no haber mediado la Sda. Mitra de Guadalajara que hizo ver que la imagen de Atemajac era diferente de la del Pueblo de Villa Corona.



 


 
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