Cuentan que en 1885, la señora María Guadalupe Villaseñor
Vda. de Pérez Verdía regresaba de un paseo de San Pedro Tlaquepaque,
cuando se encontró cerca de la garita de San Pedro (Hoy plaza de
la Bandera) a un pordiosero en agonía ; aquí le llegó
la idea de hacer una casa de salud para gente pobre. La señora María
Guadalupe tenía el cargo de presidenta de la Confederación
del Sagrado Corazón de Jesús de Analco. Héctor Jesús
Solano Muñoz nos dice que la señora María Guadalupe
"acudió en busca de apoyo con el señor cura párroco
Lauro Díaz Morales. Ambos deciden consultar a Atenógenes
Silva y Alvarez Tostado, canónigo lectoral de la Catedral, en ese
entonces director general de las Conferencias de San Vicente de Paul, quien,
convencido, se transforma en promotor de un incierto hospital para pobres".
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Se hicieron los preparativos y el 2 de febrero de 1886 en la finca No.
219 de la calle de San José de Analco, se puso en servicio la casa
de la salud, la cual fue la mecha para crear, el actual hospital. Hubo
mucho trabajo pero pocos recursos económicos, a base de esfuerzo
y optimismo la casa de la salud siguió adelante a pesar de sus muchas
limitaciones.
Pasó el tiempo y llegó la idea de construir un hospital para
atender mejor a los enfermos, por esa razón se organizó un
patronato para la erección de la obra ; dicho patronato adquirió
poco después un terreno a espaldas de la casa de la salud (que era
rentada), se le encomendó al Ing. Domingo Torres García el
proyecto del hospital, así como el cargo de la dirección
de la obra.
En el mes de junio de 1889, el arzobispo Pedro Loza y Pardavé aprobó
los planos y seis meses después, el 27 de diciembre de 1889, el
canónigo Atenógenes Silva, bendijo y colocó la primera
piedra. La construcción siguió viento en popa aunque faltaba
dinero, pero fue muy significativo la acción de los bienhechores,
recordando como entre muchos a Nicolasa Luna de Cocuera y a la profesora
Mercedes Aguilar Godínes.
Como el 11 de junio de 1892, Atenógenes Silva fue designado obispo
de Colima, el canónigo Luis Silva (hermano de Atenógenes)
fue nombrado director del hospital, cargo que desempeño hasta su
muerte el 30 de enero de 1918. El 2 de mayo de 1893, el obispo Atenógenes
ofició la primera misa en la recién terminada capilla del
hospital y el 30 de enero de 1894, el mismo obispo hizo la bendición
solemne.
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Solano Muñoz nos informa que : "El 1 de enero de 1895,
el arzobispo Pedro Loza aprobó el reglamento que venían observando
las que desde el principio atendían a los enfermos y se llamaban
Hijas del Sagrado Corazón de Jesús, y el 7 de febrero del
mismo año, separó al hospital de la jurisdicción de
la parroquia de San José de Analco para hacerlo depender de la autoridad
directa del arzobispado". |
Hay que recordar a sor María Jesús Sacramentado, "quien
como María Natividad Venegas de la Torre toco las puertas del Hospital
el 8 de diciembre de 1905, absolutamente resuelta a iniciarse en la vida
religiosa". Ella nació el 8 de septiembre de 1869 en la Tapona,
municipio de Zapotlanejo.
Primeramente sirvió como enfermera en este hospital, después
como farmacéutica, más tarde era la encargada de llevar las
cuentas y gastos de la comunidad ; de 1912 a 1921 fue vicaria de la Directora,
el 25 de enero de 1921 es electa superiora y directora del hospital, fue
relevada el 12 de septiembre de 1954). A los 91 años de edad, el
30 de julio de 1959, "muere como fundadora de la Congregación
de Hijas del Sagrado Corazón" ; en noviembre de 1992, la iglesia
católica decreta su beatificación, siendo la primera mujer
mexicana con esa dignidad.
Le sucedió en el cargo de Directora y Superiora General la madre
María del Sagrado Corazón Ortíz Santana y actualmente
la Directora es la madre Clara G. Encarnación Luna ; el señor
Joaquín Antonio Peñaloza nos cuenta del día cuando
murió la madre María de Jesús Sacramentado, quien
era mejor conocida como la Madre Nati : "El día feliz llego
el 30 de julio, a las 6 :45 de la mañana. Ese día y esa hora
como que resucitó. Abrió lentamente los ojos, los volvió
a cerrar, luego entreabrió la boca, una sonrisa floreció
en los labios ya fríos. Fue el final. Un final con sonrisa.
Así paso de este mundo al Padre". El 13 de julio de 1959, la
enterraron en el panteón de Mezquitán y seis años
después, el 30 de julio de 1965 se trasladaron sus restos de dicho
panteón a la Casa Generalicia en Guadalajara. Héctor Jesús
Lozano nos explica sobre el plano del hospital :
"...Incluían una capilla de planta octagonal, de donde parte
un corredor de entrada, cuatro salas de hospital y un corredor que conduce
al departamento de servicios. El diseño permite seis platos en forma
triangular destinados para jardín, ornato y ventilación.
El ingreso es un elegante pórtico que lleva a un pasillo con severo
cancel y en su parte superior remata en ligero camanario. La edificación
presenta un atrio cercado por columnas con pináculos labrados que
enmarcan a sobrias rejas.
El proyecto consolida la estructura con esbeltas columnas, arcos ojivales
y anchos muros". Los planos originales se modificaron y la capilla
se construyó en un sitio adyacente, aunque en un principio estaba
en el crucero o distribuido "correspondiente al concepto de capillas
abiertas".
En la actual capilla reposan los restos de la Madre Nati, en una gran urna
de mármol. En 1941 (9 de octubre), se erigió un monumento
a la memoria del fundador del hospital, arzobispo Atenógenes Silva
y Alvarez Tostado, y se colocó en el centro de la vieja capilla
aprovechando que ahí estaba la primera piedra que contenía
"las sagradas reliquias". Este monumento se adquirió gracias
al doctor Guillermo H. Riggen y otros médicos, quienes aportaron
el dinero necesario para su construcción. El 29 de octubre de 1912,
el gobernador José López Portillo y Rojas expidió
un decreto a favor del hospital que decía : "Se exime al edificio
que ocupa el Hospital del Sagrado Corazón de Jesús, ubicado
en la calle de San José de Analco, números 201, 217 y 219,
de esta ciudad (Guadalajara), de toda contribución predial por todo
el tiempo que esté destinado a su objetivo. Mandó que este
decreto se imprima, publique, circule y se le dé el debido cumplimiento".
Este edificio es la única muestra de arquitectura de hospitales
del siglo XIX en Guadalajara ; también algo digno de contar, que
dentro del hospital está la celda donde habitó por muchos
años la Madre Nati, donde se observa su cama y objetos que uso en
vida ; entre las paredes está un adorno de madera que enmarca la
recámara y sobre la madera, están pegados muchísimos
exvotos. A un costado de esa celda está un cuarto pequeño
lleno de retablos agradeciendo a la Madre Nati sus favores, y encerrada
en una vitrina está una representación de bulto de dicha
religiosa ; este tipo de sala se puede observar, muy similar, en los hospitales
de la Santísima Trinidad y Santa Margarita.