Colegio de Santa Catalina de Sena.- Fundado por Ciprián
de Nava entre 1574 y 1576 durante el gobierno de Pedro Gómez de
Mendiola, este colegio estaba ubicado en unas casas propiedad del mismo
obispo Mendiola (hoy Mercado Corona), eran edificaciones humildes, de adobe,
pobres y estrechas; según cronistas dicen que eran "las postreras
y últimas de la ciudad", por el poniente. Cuando Ciprián
de Nava tuvo la idea de la creación del colegio, le comentó
al obispo Mendiola cuál era su opinión, y éste ni
tardo ni perezoso aprobó y ayudó en todo lo posible para
la realización de la obra; el propósito de este colegio era
dar instrucciones y refugio a "las niñas pobres y huérfanas
doncellas, porque con la falta de educación y con la mucha necesidad
que padecen, fácilmente las vence el demonio y se hacen con esta
facilidad muchas y muy grandes ofensas a Dios". "Dispuso, pues,
el gran Siervo de Dios (Ciprián de Nava) que se hiciese un recogimiento
adonde se criasen y enseñasen a la virtud y hacer labor tantas pobres
doncellas como había... como era obra tan piadosa, tan santa y de
tanta consecuencia e importancia para beneficio de la misma ciudad, le
dieron todos muchas y gruesas limosnas con que en breve tiempo dispuso
la casa, las viviendas, dormitorios, sala de labor y oficinas, reducido
todo a una puerta principal que, cerrada, estaba cerrado todo el recogimiento".
El señor Mendiola fundó una institución de muy
corta vida, para dar personal docente a la escuela, llamada "Las Beatas
de Santa Catalina", poniendo como superiora a "una noble matrón
doña María Catalina Carbajal, persona muy virtuosa",
que hizo venir de México. Mientras Mendiola conseguía el
personal, Ciprián se encargaba de recoger limosnas entre los vecinos
de la ciudad, para el sostenimiento del colegio; hay que hacer notar que
el Cabildo Eclesiástico también daba dinero a esta institución.
Al paso del tiempo el colegio llegó a tener mucho auge e importancia,
y por esa razón "todos los vecinos, con tanta emulación,
querían que entrasen sus hijas en él; pero como se Había
fabricado para sólo huérfanas, no fue fácil conseguir
la justa pretensión que tenían... En este recogimiento y
colegio se criaban y enseñaban a ser santas y trabajadoras las pobres
doncellas. En llegando a competente edad, se les daba estado y se les buscaba
dote para ello, solicitándolo todo al gran Siervo de Dios. Muchas
había que se inclinaban a ser monjas...". En 1583, el Señor
Hernán Gómez de peña, vecino de Compostela, le regaló
al colegio para que se siguiera sosteniendo, una hacienda que producía
anualmente "sesenta cargas de cacao"; en esta escuela se erigió
el oratorio de Nuestra señora de los Remedios, la cual era un capillita
semi-pública destinada a las alumnas del colegio. Aquí había
una imagen pequeña de dicha advocación, una de las más
antiguas que haya tenido Guadalajara, medía esta imagen "una
tercia" y se perdió en una exclaustración. En 1588,
año en que vinieron las monjas dominicas a fundar su convento, se
les entregó el colegio para que quedara a su cargo, el cuidado e
instrucción de las niñas, y desaparecieron "Las Beatas
de Santa Catalina"; el monasterio fundado por estas monjas (Santa
María de Gracia) se cambió al actual sitio (al costado izquierdo
del Teatro Degollado), el colegio también se mudó y continuó
llamándose de Santa Catalina hasta 1661, en que por disposición
del obispo Colmenero empezó a titularse de San Juan de la Penitencia.
Con este último nombre llegó hasta mediados del siglo pasado.
Colegio de San Pedro y San Pablo.- Fundado por el obispo Gómez
de Mendiola en el sitio donde ahora se encuentra el "Edificio Lutecia",
el propósito de este colegio fue el dar enseñanza a los niños
pobres. No se sabe nada de la historia de este colegio, desde su fundación
hasta 1582, en que el rey mandaba "que se instituyese una cátedra
de lengua mexicana para que los ministros fuesen bien instruidos en ella...
y que se instituya en el sitio y parte más cómodo" de
la ciudad , el colegio fue el de San Pedro y San Pablo; en este colegio
comenzaron las clases de estudios superiores en Guadalajara. Como no quedó
bien cimentada esta escuela, el obispo Fray Domingo de Alzola le propuso
al Cabildo Catedrático el como asentarlo mejor, y a la vez propuso
que entregaran este colegio a los jesuitas, para un mejor asesoramiento
de los estudiantes. Aceptada la idea de Fray Domingo, se destinó
para este fin un donativo de $10,000 que se pusieron a rédito, esta
donación fue recibida por el Superior General de los jesuitas Claudio
Aquaviva y el Provincial de México, Pedro Díaz. Así
que el colegio localizado en las ahora calles Juárez y Colón,
llevó el nombre de Santo Tomás de Aquino y para atenderlo
llegaron los jesuitas en 1591; los fundadores fueron los padres Pedro Díaz,
Gerónimo López y el hermano Illescas. Este colegio contó
con una dotación de $14,000, además de $900 que ofreció
dar anualmente el Señor Garabito para el sostenimiento de las cátedras:S
Mota Padilla nos dice que: "Después se dará razón
de los progresos del dicho colegio de la compañía de Jesús,
pues para ahora parece basta se sepa, que aquel colegio de niños,
fundado por el Sr. Mendiola, ha llegado a tal incremento, que ya podemos
decir es Universidad; que ha producido muchos doctores que han ilustrado
a las iglesias, por la virtud y las letra que han aprendido en dicho colegio;
y si se debe al primer impulso de dicho Señor Mendiola que quiso
plantarlo, no tiene menos parte el Ilmo. Sr. Fr. Domingo Arzola, y su venerable
Señor deán y cabildo, en cuya sede vacante se mejoró".
Seminario Tridentino de San Pedro.- El 24 de octubre de 1570
acordó el Cabildo a lo dispuesto en el Concilio de Tarento, fundar
un seminario para la instrucción y formación de sacerdotes.
Este edificio estaba situado en las ahora calles de Hidalgo y Belén,
en contra- esquina del Teatro Degollado. Para el 30 de enero de 1571 ya
se daban clases, pues se nota en las actas de Cabildo que para esa fecha
se señaló sueldo al Br. Osorio para que leyese grámatica;
el 7 de septiembre del mismo año se nombró capellán
del colegio al padre Eligio Ramírez y como repetidor a Juan de Barrientos.
Las clases han de haber sido explicadas en algún local o edificio
improvisado, ya que el Señor Mendiola escribió en 1572, que
los indios naturales estaban ocupados en la construcción de un colegio
seminario. "A la muerte del Señor Mendiola el cabildo nombró
rector y catedráticos de gramática y teología moral,
mandando que los colegiales vistiésen mantos de buriel y becas encarnadas
(costumbre que duró hasta el siglo pasado), ordenando que no reciban
niños que excedan de 16 años, disponiendo que sean mantenidos
ocho por cuenta de la Iglesia". La vida de este seminario fue muy
corta, pues para 1582 ya no existía, puesto que cuando se instituyó
la cátedra de mexicano para los ministros del culto, se escogió
para dar las clases el Colegio de San Pedro y San Pablo.
Colegio de San Juan Bautista.- Fundado por los jesuitas en 1688
o en 1695 (dudan los autores), fue cerrado en 1767 al ser expulsados los
jesuitas, reinstalado en 1803 y nuevamente cerrado por decreto de Congreso
del Estado en 1826. este colegio se encontraba en la esquina de las actuales
calles de Ocampo y Juárez, en el muro norte del Cine Variedades.
Colegio de Infantes.- Fundado entre los años de 1574 y 1576
por el Br. Ciprián de Nava, esta escuela nació porque en
aquel tiempo "había mucha falta de ministros asistentes para
el servicio del Altar y de la Iglesia, que son los muchachos que sirven
de acólitos y de ayudas a las mismas, que andan con el traje de
los seis; que aunque es verdad que los había, eran pocos y no tengan
el porte y la decencia que pide el que ha de llegar a servir el altar mayor
de una Iglesia Catedral". Ciprián de Nava le comentó
al obispo Mendiola de su proyecto y este lo aceptó de inmediato,
también dieron su consentimiento los canónigos y el Presidente
de la Audiencia; dada la licencia se comenzó con la fábrica
del colegio, terminándose en poco tiempo. Entraron a esta nueva
escuela doce colegiales y "fue un gran día para la Catedral
y la ciudad...".
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