En 1630, los hijos del alarife Martín Casillas (constructor
de catedral) les vendieron a las autoridades el terreno donde actualmente
está el Palacio en 3mil pesos y en breve, comenzaron con la edificación
de adobe del primitivo Palacio de Gobierno. En 1650, entra en funciones
contando este edificio solamente con: dos salas, la de la audiencia y la
privada del gobernador, una pequeña capilla y un mirador de arquería
con columnas de cantera que se pusieron para adorno de la Plaza y Palacio,
fungía como primera autoridad Antonio Alvarez de Castro.
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Pero en 1750, un fuerte temblor sacudió a Guadalajara, ¡imagínate!
si el frontis de catedral dio en al suelo y eso que era la estructura más
sólida de la ciudad, pues la casona de adobe con portadas de piedra
del Palacio Real, prácticamente desapareció. Este feo paisaje
duró buen tiempo abandonado, hasta que Mota Padilla (historiador)
se dirigió a la Audiencia, al presidente y al gobernador por medio
del Ayuntamiento con el fin de solicitar de España el permiso para
edificar la construcción conforme a unos planos que se enviaron;
le tocó la tarea de levantar al nuevo palacio, al gobernador de
la Nueva Galicia, José de Basarte con la ayuda de Manuel José
Conique quien fue el que hizo los planos de este magno edificio.
Esta hecha con la mejor piedra dorada de Huentitán, tiene balcones
y once ventanas distribuidas entre dos líneas paralelas, ornamentado
con cañones labrados, trofeos colocados sobre el cimacio, numerosas
colgaduras, coronas, plumas y flores de laurel adornan a este bello conjunto
de arquitectura militar galante.
Aparte de ser una de la, más bellas fachadas de la República,
en este inmueble se han desarrollado algunos de los acontecimientos históricos
más importantes; desde la época virreynal, de este edificio
partieron las determinaciones absolutas, personales, imperiosas de los
gobernadores de la Audiencia y de los capitanes generales. En 1810, Miguel
Hidalgo hizo su célebre Abolición de la Esclavitud; en 1855
se firmó el documento donde Jalisco se adhiere al Plan de Ayutla;
el 14 de marzo de 1858 estuvo a un pelo de ser asesinado Benito Juárez;
en 1859 se incendió una gran cantidad del parque de las armas que
estaban depositadas en los almacenes del Palacio, volando casi todo el
interior del edificio; el 30 de enero de 1915, Jesús Medina le metió
un tiro a la carátula del reloj, el cual todavía se nota.
El gran patio central sirvió para los grandes bailes de la época
donde se ejecutaban los bellos minuetos y las graves pavanas para el deleite
de los tapatíos de ese tiempo.
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