Hospicio Cabañas


Transcurría el año de 1767, cuando los Reyes de España ordenaron que se fundara varías casa para niños expósitos en Guadalajara, la cual se detuvo debido al hambre que atacó a la población en 1781, ocasionada por la péridida de cosechas y una epidemia de tabadillo, a ese suceso se le conoció como "el año del hambre".

En su testamento, Don José Llorens Carnelles, plasmaba el deseo de crear un albergue para estos niños. Se hicieron los trámites adecuados pero no se logró nada. En 1790, el Gobernador Intendente Antonio de Villarrutía estableció la Junta de Caridad para dar asilo a los niños desamparados y gente ociosa en un hospicio.

A los prelados de la Nueva España les llegó la orden de fundar casa para la protección de los infantes expósitos por medio de las cédulas reales de Carlos IV, el 11 de diciembre de 1796 y la de 1797, siete meses después, el tres de diciembre el obispo Juan Ruíz de Cabañas y Crespo se hizo cargo de la sede episcopal , la cual estaba vacante cinco años atrás y le tocó hacer realidad el sueño del hospicio.

En 1801 dió comiezo la construcción de la Casa de la Misericordía, nombre con que fue conocido inicialmente el hospicio, construido en un terreno donado por el arcediano Pedro Díaz de Escandón .

El proyecto fue obra del ilustre arquitecto Manuel Tolsá de la Academia de San Carlos y el alarife José Ciprés fue el encargado de nivelar el terreno y construir un par de puentes que cruzarían el río de San Juan de Dios. Puesto que Tolsá no podía vivir en la ciudad, le encomendó al español José Gutiérrez que siguieran la obra con la condición de impartir clases de aritmética, geografía, arquitectura y dibujo.

Construyó el antiguo salón del Congreso y la iglesia del Sagrario, cuando la construcción del hospicio se hallaba a la mitad, ya albergaba a 66 niños pobres.

Durante la época de la Independencia las obras se suspendieron por que los insurgentes ocuparon el edificio, dejándolo un año después en poder de la guarnición española.

Ciprés, en 1828, restauró el edificio de los deterioros sufridos por los soldados durante la ocupación, fue ouesto en servicio en 1829 y once años después continuó los trabajos el arquitecto Manuel Gómez Ibarra (constructor del Panteón de Belén), quien construyó la capilla con su cùpula.

Este inmueble ha sido testigo de varios acontecimientos históricos, como la firma del acta de desconocimiento de Santa Ana en 1834 y en 1852 se firmo el Plan del Hospicio para su retorno al poder.
En 1853, lo tomaron a su tutela las Hermanas de la Caridad y lo tuvieron que abandonar en 1874 al ser expulsadas. Desde sus comienzos, el Hospicio ha desarrollado una gran labor al proteger y educar a los niños expósitos por décadas, ahora la obra de Cabañas es recinto de la cultura tapatía, conocido hoy como Instituto Cultural Cabañas, cambió de nombre y de actividad este edificio en tiempos del gobernador del Estado, Flavio Romero de Velasco; alberga también la máxima creación pictórica de José Clemente Orozco y el nuevo edificio destinado a estos niños se encuentra en la Av. Mariano Otero, muy cerca de Plaza del Sol.Este moderno inmueble sigue y seguirá sirviendo a la niñez desamparada de la leal ciudad de Guadalajara.


 


 
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