Resulta que en el Cabildo celebrado el 25 de enero de 1539 "se
nombró por procurador para ir a castilla a cosas tocantes a la villa
(Guadalajara) a Santiago de Aguirre, y le dieron poder en forma";
el señor Aguirre logró que Carlos V de Alemania y I de España,
le concediera el título de ciudad y escudo de armas el 8 de noviembre
de 1539 a esta Guadalajara.
Cédulas que llegaron a estos lares en 1542 y el 10 de agosto,
se pregonaron en la plaza mayor "con los honores que tales mercedes
requerían". Una parte de la real cédula en que se describe
al escudo dice que: "... tuvímosle por bien e por la presente
hacernos merced y mandamos, que ahora y de aquí adelante, la dicha
ciudad de Guadalajara, haya y tenga por sus armas conocidas, un escudo
y dentro de él dos leones de su color puestos en salto, arrimadas
las manos a un pino de oro realzado de verde, en campo azul, y por otra
siete aspas coloradas y el campo de oro y por timbre un yelmo cerrado,
y por divisa una bandera colorada con una cruz de Jerusalén de oro,
puesta en vara de lanza con sus trascoes y dependencias y follajes de azul
e oro. Según que aquí van bien pintadas y figuradas, las
cuales dichas armas damos a la dicha ciudad por sus armas y divisa..."
La interpretación de nuestro escudo de armas nos la explica el
historiador Arturo Chávez Hayhoe: Los colores.- ...los colores que
lleva nuestro escudo son el oro, azul, rojo y verde. "Los que llevan
el metal oro en sus escudos están obligados a hacer bien a los pobres
y a defender a sus príncipes, peleando por ellos hasta derramar
la última gota de sangre". El azur, o azur, como se le dice
en heráldica, se encuentra en el campo de nuestro escudo. Según
las leyes de la heráldica los que llevaban azur en su escudo estaban
obligados a servir al Rey y a prestar ayuda a los servidores de éste
y, más especialmente, a los que por cualquier circunstancia se encontraban
abandonados de sus señores o no eran remunerados en sus servicios.
Al mismo tiempo, al azur recordaba a los poseedores del escudo la obligación
que tenían de fomentar la agricultura. Los gules, o rojo de nuestro
escudo están en las aspas y en la bandera. El rojo en la heráldica
tenía doble significado: por una parte quería decir que los
poseedores del blasón estaban obligados a servir al rey por las
armas, y por otra se les exigía el de socorrer a los oprimidos cualesquiera
que fuesen y cualquiera que fuese la causa. El verde, o sinople, también
está representado en nuestro escudo.
Si Carlos V en su Real Cédula decía que el escudo debía
de llevar un "pino realzado de verde", aunque éste fuese
el color propio del árbol, quería hacer recalcar más
que el color de pino, las cualidades y virtudes que el sinople exigía
a los que se honraran con el blasón. Con este color quedaban obligados
los poseedores del escudo a luchar por mantener la independencia de la
patria, y, por otra parte, tenían la obligación de fomentar
el comercio y de socorrer a los huérfanos y desvalidos, y también,
de una manera especial, a los labradores. El verde obliga aún más
a sus dueños tenían que socorrer a los huérfanos",
es decir, a los hijos de sus compañeros muertos.
Figuras propiamente heráldicas.
"El aspa simboliza el estandarte o guión del caudillo invicto
en los combates".La lanza significaba en heráldica fortaleza
con prudencia.La orla se concedía como insignia de gran valentía.
La cruz, aparte de su significado y recordatorio de sus obligaciones cristianas,
se concedía a los valientes y esforzados que sacaban sus armas teñidas
en la sangre de sus enemigos.
Figuras animadas.
Son dos las que nuestro escudo trae; los leones y el pino. "Simboliza
el león a un espíritu generosamente guerrero, adornado de
las cualidades de vigilancia, dominio, soberanía, majestad y bravura".
El pino se usaba como símbolo de perseverancia.
Adornos del escudo.
Las dependencias y follajes de que habla la Real Cédula son de
generaciones y estilizaciones de los antiguos lambrequines y tiene en heráldica
el mismo significado que éstos.
Eran los lambrequines recuerdo de los paños con los cuales los caballeros
acostumbran cubrir sus cascos y yelmos para defenderse de los ratos solares;
con el tiempo esta prenda utilitaria vino a tomar significación
heráldica, pues notando que los caballeros salían de los
combates con sus paños rotos y hechos jirones, se les concedió
que lo empacasen en sus escudos significando "esfuerzos valerosos
que se empican en el vencimiento de los enemigos". Y este es el significado
que tienen "las dependencias y follajes" de nuestro escudo. En
cuanto a los "trascoles" de que habla la cédula no he
podido aclarar de qué se trata; en efecto, no es palabra heráldica
ni la he encontrado en ningún diccionario.
Otro de los adornos exteriores es la divisa; y en el nuestro, según
reza la cédula es "una bandera colorada con una cruz de Jerusalén
en oro". Consistían las divisas en algún lema o frase
acompañada de sus correspondientes figuras heráldicas; a
las palabras las llamaban en heráldica "alma" de la divisa,
y a las figuras, "cuerpo"; en muchos escudos faltaba alguno de
estos elementos y entonces se llamaba la divisa "imperfecta".
La divisa de nuestro escudo es "imperfecta", pues sólo
tiene "cuerpo" pero no "alma". Significaban las divisas
cl deseo, propósito o pensamiento hacia el futuro, y por eso era
regla esencial que el asunto quc había de formar la divisa debía
'ser tomado de los sucesos venideros o presentes, nunca del pasado".
Era como el derrotero que se señalaba al dueño para que con
su conducta mantuviera en alto lo que en la divisa se decía.
Era la bandera, que es la divisa de nuestro escudo, heráldicamente
hablando, un atributo propio y exclusivo del monarca, quien no cedía
este derecho fácilmente, sólo permitía el uso de tal
insignia cuando a su juicio y criterio el nuevo ennoblecido con el escudo
de armas, lo merecía.
Timbre
"El timbre heráldico es la cubierta oficial de la persona
(o colectividad) representada en el escudo, y que se coloca sobre éste
para indicar la dignidado o categoría de la persona (o colectividad)
de que se trata". "Y por timbre un yelmo cerrado", dice
la Real Cédula al referirse al de Guadalajara.
Lo único que debemos advertir de esta última pieza que
estudiamos de nuestro escudo es que el casco o yelmo de los recién
ennoblecidos, era el caso para entonces en Guadalajara, debía ser
semiabierto, y que si la cédula especificaba claramente que debía
de ir cerrado es porque estas clases de yelmo (cerrados) se empacaban en
los combates y se concedía en ellos lo había ganado. .