Los franciscanos tenían fundado un convento en Tetlán,
cerca de San Pedro, Tlaquepaque, pero al fundarse Guadalajara los franciscanos
cambiaron su convento al sitio donde actualmente esta ocupado por San José
de Analco. Junto con los frailes se vino casi toda la población
indígena de Tetlán (cocas y tecuexes), rumbo a la región
de Analco, palabra que se significa "al otro lado del río".
Al año siguiente 1543 se trasladaron a la otra banda del río,
que después sería el Baño de las Delicias y la plazuela
de San Fernando, entre Héroes y la Calzada Independencia. Ya para
1550, Analco tenía 500 habitantes, ¡imaginese ! doblaban la
población de Guadalajara en ese mismo tiempo. A principios del siglo
XVII, aumentó la cifra a tres mil habitantes y Analco cobró
mucha importancia. De 1542 a 1543 se comenzó a construir una pequeña
ermita de adobe y zacate en la parte sur de San José de Analco,
aquí se colocó una imagen de San Sebastián Mártir,
que rápidamente cobro fama de muy milagroso en el pueblo indígena.
La mitad de San Sebastián en el siglo XVII, "se agrandó
sucesivamente hasta formar una nave central con dos capillas laterales
que la cruzan al centro" sobre el primitivo pueblo de Analco no existen
referencias históricas. La población indígena de este
pueblo ayudo a edificar buena parte de la primitiva Guadalajara, faenas
y trabajo ; preferían los trabajos de habilidades artísticas
y artesanales, pues Francisco Mafra nos dice que : "sin saber leer
ni escribir fue causa de que muchos indios de los pueblos de Mexicaltzingo
y Analco saliesen excelentes lectores, escribanos, músicos de todo
género de instrumentos, de los cuales hasta hoy ha habido grandes
organistas, bajoneros y cornetas y de alguno de ellos se ha servido la
catedral y hoy esta sirviendo tres puntos".
Los habitantes de Analco siempre se distinguieron por sus dotes artísticos,
artesanales y creativos, pero también recibieron los perores tratos
y abusos de los españoles, Mota Padilla narra que : "teniéndolos
sino por esclavos, a lo mejor esclavizados, porque como los indios son
ignorantes y en materia fiárseles o suplírseles no reparan,
los dueños de haciendas los cargaban de crecidas cantidades, con
lo que les imposibilitaba el desempeño : por lo que hizo se practicasen
las leyes que prohiben el que a los indios se les fíen arriba de
cinco pesos, que es lo que pueden pagar cómodamente...". Roberto
Sánchez Escobar decía que: "frente al templo de San
José de Analco, se hizo una plazuela bardeada, que hacía
las funciones de mercado, con un hidrante para el uso del pueblo.
En el presente siglo se construyó la fuente estilo colonial,
junto con el trazo del actual jardín. Algunas personas ancianas
me refirieron, que también fue rastro". Antes de la guerra
de Independencia, Analco fue declarado barrio de la ciudad y oficialmente
en 1821. En el siglo XVIII San Sebastián se amplió con las
capillas de Nuestra Señora de la Salud, del Calvario y del Virgen
de Guadalupe, tenía un atrio muy grande y una plazuela que fue mercado
y baratillo, después se construyó una escuela que actualmente
es un pequeño parque.
A principios del siglo XX en el solar antiguo del templo, se construyó
la casa de ejercicios espirituales, la cual perduro hasta 1914 en q ue
"fue incautada", también ahí se encuentra el bello
"Patio de los Angeles", arquería y columnas que pertenecieron
al patio del claustro del Convento de Santa Mónica. Este barrio
de Analco abarca de la Calzada Independencia a la Calzada del Ejercito,
y de la Plaza de la Bandera por el oriente ; de la Avenida Revolución
por el norte a la calzada 5 de febrero, en el sur en la avenida 5 de febrero
y la calle de los Angeles, junto al río estaba el famoso Molino
de la Joya y atrás de este hacia el oriente, estuvo el panteón
de los Angeles, del 2 de noviembre de 1829 hasta mediados de los años
20 de este siglo, pues el Gobernador José Guadalupe Zuno construyó
el Estadio Municipal, que a principios de los 50´s fue demolido para
edificar la vieja Central de Autobuses, inaugurada por Agustín Yáñez
el 8 de julio 1955, este barrio recogió la antigua pastorela y le
dio un sello propio, principalmente a finales del siglo anterior y primeras
décadas del actual.
La profesora Elisa Gallo de Preciado nos dice las pastorelas que : "sus
promotores más importantes lo fueron Don Prudencio Guerrero y Doña
Victoria Madrigal. Don Prudencio Guerrero presentó su pastorela
en la finca que fue ocupada, intercaladamente como plaza de gallos, en
la antigua calle de Aguila, hoy Insurgentes y era tanto el público
que asistía, que se compara a la concurrencia a una función
de box hoy en día, en la Arena Coliseo, situada también en
el barrio de Analco".
Famosas también fueron las "jamaicas" y las celebres
verbenas ; decía la profesora Gallo, es una "especie de feria
que se celebra para reunir dinero con fin benéfico... con gran alegría
y vistosidad se efectuaba al aire libre en local acotado o circulado"
;refiriéndose a las verbenas decía que : "eran en el
barrio de Analco, brillantes, pues se reflejaban los dos aspectos en un
pueblo ; el religioso, pues en septiembre era la llegada de la Virgen de
Zapopan al templo de Analco ; al aspecto cívico, patriota, en la
celebración del grito de Independencia". Elisa Gallo nos cuenta
una sabrosa leyenda : "En 1940, fue el año que estuvo más
en boga la canción Capullito de Alheli, y era tanta la ingenuidad
de los vecinos del barrio de Analco, que bajó de popularidad, porque
ocurrió la versión de que se aparecía un catrín
"el diablo" silbando esta canción.
Poco a poco corrió el rumor a todos los barrios de Guadalajara
y prohibieron escucharla y cantarla. Las jovencitas que no obedecían,
eran severamente reprendidas por sus tías abuelas". Actualmente
Analco "En un barrio empobrecido, punteando con sus innumerables talleres
mecánicos, sus vecindades y casuchas. Barrios laboriosos y creativos
por tradición, hoy lo sigue siendo como barrio proletariado".
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