Este cuadro original es obra del célebre pintor del siglo XVII,
Bartolomé Esteban Murillo, lienzo que se encuentra actualmente
en la sacristía de la catedral tapatía; en el terreno de
la actual Rotonda de los Hombres Ilustres, se encontraba anteriormente
el templo de la Soledad y el Colegio Clerical, así como una plazoleta.
En el Colegio Clerical se encontraba este cuadro y la primer referencia
sobre este lienzo nos la da el señor Pablo J. Villaseñor
(abril de 1852), nos dice que: "Los padres de la Soledad tienen una
magnífica Asunción de Murillo; el lugar en que está
carece de luz, así como el abandono en que estaba el cuadro, prueban
más que cuanto decirse pueda, que no conocían su mérito.
Diéronselo a Castro (Antonio) para que lo retocara, porque estaba
muy sucio, pero el artista con una modestia que pocos tienen contestó,
que él no se atrevía a poner mano, donde Murillo había
tocado con su pincel, ofreció limpiarla y dio a conocer a sus dueños,
que poseían el mejor cuadro de Guadalajara, ofrecióles tres
copias y quinientos pesos por el original, pero no aceptaron su ofrecimiento,
porque ya les había dicho lo que el cuadro valía; pero si
él hubiera calládose y les ofrece una copia, se lo dan seguramente..."
(sic).
En las Actas Capiturales del 12 de septiembre de 1809. No. 16, nos cuentan
Luis Medina Ascencio que "... Se acordó hacer un donativo al
gobierno español cuando luchaban contra la invasión francesa,
en la que aparte de dinero, se envió la lámpara mayor y la
pila de plata de la sacristía (de catedral). En correspondencia,
el rey de España, Fernando Vll, donó la imagen de la Purísima..."
Para mayor información, resulta interesante leer el artículo
del pintor Felipe Castro en el libro de "Atisbos al Pasado" de
Rubén Villaseñor Bordes (pp. 83 y 84), donde nos informa
que no fue regalo de Fernando VII, sino de Carlos IV. Retomando el tema
del cuadro, allá por los años de la intervención francesa
en México los extranjeros le ofrecieron 40 mil pesos al Cabildo
tapatío por el lienzo, pero los canónigos no aceptaron y
lo escondieron por diez años; cuando lo sacaron de su seguro escondite,
restiraron el lienzo en un bastidor nuevo teniendo que recortarlo, recorte
que no afectó a las figuras pintadas.
Después de la derrota que tuvo el general Mier en 1914 cerca de
Tequila, se supo en la ciudad que se dirigían a ella las tropas
carrancistas, así que el Cabildo por seguridad volvió a esconder
el cuadro de Murillo, y en su lugar colocaron una copia que hizo José
Reyes Durán, obra que fue robada por los constitucionalistas. Al
pasar los sucesos y viendo que ya no había peligro, se volvió
a colocar el cuadro de la Virgen en la sacristía de la catedral.
Villaseñor Bordes nos dice que este cuadro:
"
Fue a parar a donde hoy la admiramos, con ojos que quisieran ser
telescópicos, pues hallase suspendida la murillesca tela, a una
altura exagerada, donde es imposible apreciarla como merece. Tal vez se
encuentre así como medida de seguridad".
Actualmente este Murillo se encuentra colocado en una posición muy
cómoda para ser admirado como se debe, este lienzo esta acompañado
de 16 pinturas más; situado entre dos ventanales y la iluminación
es más bien mediana.